Que papel tenemos como iglesia, como cristianos frente a esta realidad, y creo que aun nos falta mucho por hacer, hemos visto con un franco desinterés a este grupo de personas, le hemos volteado la cara a un grupo de personas que no solo excluye al discapacitado, sino, también a sus familias.
Para quienes conocemos de cerca esta situación vemos que hay una verdadera necesidad de encontrarse con Dios, o de otra manera enfrentar un gran resentimiento hacia el Dios Creador de todas las cosas, es ahí donde nosotros como personas podemos mostrar ese inmenso amor que Dios ha puesto en nuestro corazón.
Con cuerdas humanas los atraje, con cuerdas de amor; y fui para ellos como los que alzan el yugo de sobre su cerviz, y puse delante de ellos la comida. Hos 11:4
Podemos hablar de la falta de preparación y acondicionamiento en las iglesias para el acceso y la estancia de estas personas, se que si comenzamos haciendo esos pequeños cambios, serán el reflejo de los grandes cambios en nuestro corazón y nuestra actitud.
Particularmente puedo hablar de V.A.O. la iglesia donde pastoreo, donde nos falta mucho por hacer, en cuanto a estructuras, pero veo gente con un gran amor por todas las personas, y personalmente veo crecer a mi nieto con Sindrome Down, en medio de gente tan amorosa, en medio de esas cadenas humanas de amor, que Dios ha puesto como cerco y bendición en ese lugar y anhelo eso para todos.
Hemos visto la discapacidad, como algo lejano, congénito, y por lo tanto a veces imposible para nosotros, sobre todo, si se cuenta con una familia sin discapacitados, pero la discapacidad tiene que ver también con accidentes laborales, automovilísticos, enfermedades como la diabetes y la artritis entre otras, la perdida de audición y vista o simplemente la edad.
Hoy es un buen día para pensar un poco en esta realidad, solamente en Nuevo León hay 64,000 discapacitados, sin considerar, las que con la edad y algunas enfermedades degenerativas se van adquiriendo.
Tu y yo podemos ser esas cuerdas humanas, esos lazos de amor y llevar a sus vidas aquel que es el Pan de vida a Jesucristo el Salvador.
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