Hace 4 días me sentí extraordinariamente mal, y digo
extraordinariamente porque, soy una persona muy sana y cuando llego a
“enfermarme” no es algo que pase de 24hs, lo tengo claro que ese es mi tiempo
de malestar, ni siquiera paso por una paulatina o progresiva recuperación, es
una sanidad en donde no tengo ni siento absolutamente nada del pasado malestar.
Pero en esta ocasión, no sabia que tenia, pero sabia que no
estaba bien, no podía precisar el diagnostico, tal vez por el mismo temor, pero
sentía que mi corazón quería recordarme algo y me llevo a mis primeros 6 años
de vida, me recordó que en aquel entonces tenia un mal pronostico, mi corazón
tenia grandes defectos y eso traería un final próximo, pero la ciencia había
dado un paso importante en esa área y mis padres habían dado muchos mas
clamando a Dios.
En ese momento recordé que 47 años atrás Dios me había
librado de la muerte, y no tenia palabras para agradecerle tanta misericordia
en mi vida, el que me hubiera permitido
disfrutar de mis padres, conocer el amor de una compañera, ver a mis
hijos, y aún mas allá a mis nietos, y lo único que pude hacer fue agradecerle con
todo mi corazón todo ese tiempo extra, me sentía un MUERTO BAJO PERMISO.
Hoy vuelvo a sentirme extraordinariamente bien, esta
experiencia me llevo a algo aun más refrescante, a tomar en cuenta cada día,
cada palabra, cada emoción, a vivir de manera mas intensa ese permiso de vida
extendido.
Ahora no eran mis padres, era yo diciéndole, Señor
estoy listo, pero si es tu voluntad, permíteme ver aun más… nietos, disfrutar
mas a mis hijos, vivir mas intensamente, amar mas profundamente, intimar mas
contigo antes de llegar a tu presencia, y cumplir con el propósito por el cual
tu extendiste tu permiso de vida.
Hoy no doy por hecho nada, sé que estoy bajo permiso y si
Dios lo permite, el próximo día 21 cumpliré 53 años y lo único que puedo
decirle a Dios es mil veces gracias, por tu “Permiso extendido”
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